Repensar las dinámicas laborales desde el fútbol

“Sea en Delhi o en Detroit, los pobres y los desvalidos no pueden esperar justicia. No disponen de atención médica y sus vidas se ven limitadas en potencial y duración. Tampoco tienen acceso a una buena educación y sin ella no pueden esperar conseguir un empleo mínimamente seguro, y mucho menos participar en la cultura y la civilización de su sociedad”

Tony Judt – Algo va mal

people sitting on stadium seats
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En esta ocasión recomiendo la serie de Netflix “The English Game”, que se encuentra situada en las últimas décadas del siglo 19. Su principal atractivo es mostrar al televidente los orígenes del fútbol profesional en Inglaterra, sin embargo detrás de esta exitosa estrategia de venta se encuentra el verdadero mensaje de la serie.

Se exponen dos aspectos centrales. Uno, es lo torpe que era el fútbol a como lo conocemos hoy. Dos, pone en evidencia la enorme desigualdad que se vivía en aquella época a causa de, entre otras cosas, la revolución industrial. 

Equipos de élite y equipos modestos. Banca y deudores. Patrones y empleados. Burguesía y proletariado. A través de sus escenas, se ve la unilateralidad con la que los industriales de la época reducen sueldos y los empleados poco podían hacer al respecto. Los derechos de los trabajadores eran nulos. La libertad de comercio sujeta a la aprobación de las cúpulas.

Este cuestionamiento de la serie se hace más vivo en nuestro país en esta “temporada” de pandemias. La desigualdad que impera en México es notoria. El “mérito” un cimiento endeble de la sociedad. 

Hace unas semanas, el Gobierno federal declaró “emergencia sanitaria por fuerza mayor” con lo cual buscó evitar que los patrones se acogieran al beneficio del artículo 427 fracción VII de la Ley Federal del Trabajo y con ello suspender labores y pagar durante 30 días un salario mínimo.

Esto despertó la furia de los círculos empresariales más representativos del país. Se calificó al gobierno federal de tramposo y de poco sensible ante la crisis desatada por el “coronavirus” y la jornada nacional de sana distancia.

Si bien es entendible el reclamo de la iniciativa privada, también lo es que declarar la “contingencia sanitaria” hubiera sido una irresponsabilidad mayor del gobierno federal, pues pasados los 30 días de haberse declarado la obligación de pagar sueldo hubiesen cesado. 

¿Por qué irresponsabilidad? Por el simple hecho de que nadie sabe, por mejores matemáticos que haya, cuándo va a parar la epidemia. Suspender las relaciones laborales sin goce de sueldo podría generar una crisis mayor a la que está actualmente ocurriendo. Además de las personas que viven al día realizando trabajos esporádicos, ¿se imaginan la pérdida total del ingreso de un gran número de ciudadanos en una sociedad como la nuestra?

Hoy es un inédito Día del Trabajo. Lo vivimos en medio de una crisis sanitaria, económica y social que, seguramente, ninguna persona viviente había experimentado antes. 

Este día debe ser punto de partida del reinicio la discusión de los derechos laborales de las personas. No dejar a la deriva la reforma constitucional de justicia laboral y hacer que ésta sea más equilibrada. Es momento de cerrar filas como sociedad ante la pandemia y evitar que el virus incremente todavía más las desigualdades de México.

Twitter: @adalberto_gm

Email: adalbertoguevaramontemayor@gmail.com

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