La cacería de Trump

El fin de semana, entre otras cosas, vi la película “Desierto” que protagoniza el mexicano Gael García Bernal y Jeffrey Dean Morgan (Negan en The Walking Dead), trama en la que el primero es uno de varios migrantes que son dejados a la deriva en el desierto de Arizona para que, por su cuenta, lleguen a los Estados Unidos de Norteamérica (“EEUU”).

El personaje interpretado por “Negan” es un estadounidense radical. Porta la bandera confederada en su pick-up y considera como un derecho cazar a los inmigrantes que cruzan a su país en busca de una mejor calidad de vida. Así, este hábil sujeto en el manejo de armas dispara a un grupo de mexicanos que se adentran a los EEUU tal como si fueran blancos de campos de tiro.

La historia transcurre principalmente en la búsqueda que el estadounidense hace a lo largo del desierto de 4 inmigrantes sobrevivientes a la primera cacería, incluído García Bernal, y ambas partes hacen lo mejor por sobrevivir o por obtener la presa.

La película en sí misma podría resultar muy aburrida. Un sujeto que habla solamente con su perro persiguiendo a 4 mexicanos. Sin embargo, el mensaje que se puede captar es muy significativo para la vorágine política que se vive con el vecino país del norte y su Presidente recién entrado en funciones.

Trump ha desatado una serie de acciones en contra de México que colocan a nuestro país como una presa que debe buscar la mejor ruta de escape para no ser capturada.

The Washington Post publicó un artículo del ex presidente mexicano Ernesto Zedillo en el que señala varias de esas rutas de escape: (i) entrar en la renegociación del Tratado de Libre Comercio únicamente sobre la base de una agenda clara sobre los puntos a tratar y bajo la idea de que Trump va a cancelar el acuerdo; (ii) generar nuevas condiciones para que las empresas globales nos consideren como un buen lugar para producir y no se les obligará sobre qué, para quién y cómo hacerlo; (iii) utilizar todos los mecanismos legales ante la Organización Mundial de Comercio; (iv) No permitir que se utilice ni un solo centímetro de nuestro territorio para la construcción del muro.

La propia impopularidad de Enrique Peña Nieto debe llevarlo a tomar las mejores decisiones para el presente y futuro de México. Finalmente tiene poco que perder y sí mucho que ganar. Ante la certeza de que cualquier cosa que haga le va a ser reprochado en el presente, que apueste con precisión hacia el futuro sin importar el costo político interno.

Trump no es el mejor cazador y como presa México tiene la oportunidad de escapársele.

A OJO DE BUEN CUBERO

En relación con lo anterior, ¿sirven esos “boicots” a empresas estadounidenses? Al final de cuentas y contrario a lo que hace su Presidente, ellas sí le apuestan a México.

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Bájense el sueldo

Ante la crisis política y económica que ha generado el aumento en el precio de los combustibles, la opinión pública y algunos personajes involucrados en temas nacionales han retomado la exigencia a los servidores públicos de que se bajen el salario a fin de reducir el gasto público y mitigar el impacto que éste tiene en los ingresos del Estado.

En Veracruz, por ejemplo, el Gobernador y los miembros del gabinete han decidido no cobrar su salario hasta nuevo aviso ya que las finanzas públicas fueron saqueadas por el antecesor que hoy está prófugo de la justicia. Legisladores federales del partido Movimiento Ciudadano renunciaron a los seguros de gastos médicos que la Cámara les tenía contratados. También otro tanto de funcionarios donan su sueldo o lo otorgan en becas a los que menos tienen.

Una medida muy rentable electoralmente. El público aplaude estas acciones y sataniza a quien no lo hace.

Antes de impuestos, un Senador de la República percibe 1 millón 885 mil pesos. Un diputado federal 1 millón 460 mil pesos. El Presidente de la República 3 millones. Estas cifras son estratosféricas si las comparamos con el ingreso promedio del país o con el salario mínimo.

Sin embargo, ¿eliminar estas percepciones mitiga los efectos del gasolinazo? ¿reduce el gasto corriente en tal medida que se pueda cubrir el déficit de infraestructura? Lamentablemente, creo que no.

Anualmente, son 730 millones que se gasta en el sueldo de los diputados federales. Son aproximadamente 730 calles que se pueden repartir entre los más de 2,000 municipios del país, es decir, a cada localidad le tocan 2.73 pavimentaciones.

Son 241 millones lo que se gasta al año en el sueldo de los senadores. ¿Qué alcanza con eso? Es el gasto de impresiones de un mes de cualquier entidad federativa, por más modesto que sea el pago.

El reclamo es políticamente justo. ¿Porqué ganan tanto cuando parece que hacen tan poco? ¿Porqué seguir sufragando “con nuestros impuestos” sus excesos? Son reclamos perfectamente válidos en un contexto como el que vive México. Sin embargo, vender el reclamo o “prender” a la gente bajo el argumento de que “quito X, para hacer Y” es igualmente nocivo. Es injusto hacer creer a una persona que un pedazo de ese pastel le va a llegar a solucionar sus problemas, cuando hay otros rubros (distintos a los salarios) con los que efectivamente sí puede hacerse más.

Tan sólo en comunicación social, el Gobierno de la República en el 2015 presupuestó 2 mil millones pero terminó gastando 5 mil millones.

El problema radica en la venta de la solución. Es mucho más fácil decirle a una persona “mira, tu Secretario tiene 7 mil pesos de vales de despensa, cuando tu apenas comes”, que mostrarle un análisis cuantitativo de los efectos de los “medios de conducción” o del impacto negativo de la corrupción en el Producto Interno Bruto.

Que no sea la política, la que defina el designio para los políticos.

A OJO DE BUEN CUBERO

Y para atizar el fuego, un Senador en Estados Unidos de Norteamérica gana anualmente 175 mil dólares. Más que los de México. ¿Cuál será la diferencia?

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Lecciones políticas de Toy Story (I)

* Esta columna contiene spoilers.

La tercera entrega de la saga Toy Story narra la historia del casi universitario Andy, dueño de Woody, Buzzlightyear y compañía, quien está a punto de iniciar una nueva vida en la universidad. Sin embargo, no sabe qué hacer con sus viejos juguetes y, por error, éstos van a dar a una guardería (Sunnyside) donde son recibidos por Lotzo, un oso de peluche bonachón y amiguero.

Lotzo es el líder natural de los juguetes que habitan la guardería. Resuelve los problemas comunes, es apreciado con sinceridad por sus semejantes y demuestra capacidad para tener las cosas bajo control. Promete una vida plena gracias a su gestión y los nuevos inquilinos lo consideran su esperanza para el futuro.

Al paso del tiempo, Lotzo demuestra su verdadera personalidad. Autoritario, déspota, controlador. Quien se atreva a contradecirlo puede vérselas muy mal. Hay una razón de que este oso “inofensivo” sea así. Fue abandonado y reemplazado por su antigua dueña. A raíz de eso creció en él el odio, la sed de venganza, el revanchismo y el deseo de sobresalir mediante la tortura mental y la opresión.

Sus cercanos terminan por traicionarlo y se unen al movimiento iniciado por Woody, en principio destinado a rescatar a sus amigos y que concluye como una revolución que alcanza el poder legítimamente.

En nuestra vida real se ha visto como ciertos movimientos políticos se han convertido en gobierno. Parte de las estrategias ha sido el uso del descontento generalizado con el estado de cosas, especialmente el odio y el resentimiento. Al igual que Lotzo, la sed de venganza ha sido la herramienta perfecta para ganar simpatías, pero con el poder en la mano la visión se ha nublado y los simpatizantes se han convertido en enemigos.

Asimismo, se ha visto como personajes muy populares cometen error tras error y, al igual que Lotzo, han despertado una animadversión generalizada hacia sus investiduras, lo que provoca que se cuenten con ansiedad los días que faltan para su retiro o se buscan los Woodys o los Buzzlightyear que encabecen una rebelión generalizada para hacer valer la voluntad popular.

Los líderes mesiánicos y autoritarios de la vida real son posibles gracias a la emoción. Quien despierta el sentimiento de la ocasión asegura su permanencia o su llegada. ¿Cuántos Lotzos en la política mexicana, han conseguido su Sunnyside?

A OJO DE BUEN CUBERO

Una respuesta muy certera a la pregunta “¿Qué hubieran hecho ustedes?” → http://www.animalpolitico.com/blogueros-blog-invitado/2017/01/06/gasolina-mentiras-presupuestales-del-presidente/

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