Guadalupanos contra la corrupción

La corrupción se ha robado la salud y atención de los enfermos, la escuela de los niños y jóvenes, el salario de los trabajadores y la pensión de los jubilados”. “Los actos de corrupción son de mayor gravedad que una enfermedad o un delito”. “En el contexto que vive el país en materia de corrupción de los políticos y sus partidos, que ha destapado la ola de desfalcos perpetrados por gobernadores a las finanzas de varios estados, ahora más que nunca debe revisarse la conveniencia de la revocación del mandato y la reforma total del juicio político”.

Las declaraciones anteriores no se han tomado de un político en campaña. Tampoco han sido emitidas por un think tank. No vienen del Centro de Investigación y Docencia Económicas, A.C. (CIDE) o de algún profesor exiliado en alguna universidad estadounidense o europea. No.

Todas estas declaraciones han surgido después de la publicación de la editorial “Gobernadores corruptos” que hizo el 27 de noviembre de 2016 el Semanario “Desde la fe” que publica la Arquidiócesis de México.

No es nuevo que la iglesia intervenga en política. En el pasado proceso electoral, el catolicismo mexicano influyó significativamente en el pensamiento del elector condenando el matrimonio y la adopción entre personas del mismo sexo y en esta época de “alta demanda de fe” vuelve a la arena pública con el tema de la corrupción.

Lo interesante es la solución que plantean: agilizar la discusión sobre la revocación de mandato y la reforma total del juicio político.

Se debe recordar que el 12 de octubre de este año, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación resolvió el Juicio para la Protección de los Derechos Político-Electorales del Ciudadano SUP-JDC-1755/2016 en donde concluyó que existe una omisión del Senado de la República de tramitar una iniciativa ciudadana sobre revocación de mandato y segunda vuelta electoral, conminando (que no ordenando) a la Cámara Alta a seguir con el trámite legislativo de dicha propuesta.

Asimismo, en la agenda de diversos partidos, como Movimiento Ciudadano y Acción Nacional, la revocación de mandato es un tema prioritario pues constituye una vía alterna para el acceso al poder al igual que la segunda vuelta electoral.

Estas condiciones políticas hacen dudar sobre el interés genuino de la iglesia católica de pronunciarse sobre la corrupción. Es evidente que existe un alineamiento tácito entre lo que quieren algunos partidos políticos y lo que reclama el clero.

La exigencia de combatir la corrupción es válida, a todos nos interesa, ¿pero es la revocación de mandato el medio idóneo o la primera instancia para prevenirla? ¿O esta petición sirve como medio únicamente para alcanzar un objetivo más grande: generar el ánimo necesario para que esa figura política sea exigida por un sector social más amplio?

Una posición editorial que genera suspicacias.

A OJO DE BUEN CUBERO

Recomiendo la película “Captain Fantastic” una crítica exagerada pero certera sobre el consumismo imperante en el mundo. Excelente actuación de Viggo Mortensen.

Twitter @adalberto_gm

Email: adalbertoguevaramontemayor@gmail.com

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