Corrupción: ¿trending topic o problema real?

El Instituto Mexicano para la Competitividad, A.C. (“IMCO”) y el Centro de Investigación y Docencia Económicas, A.C. (“CIDE”) han publicado el estudio “México: Anatomía de la Corrupción” cuya coordinadora es María Amparo Casar. Se trata de un compendio de los principales índices, indicadores y mediciones sobre la frecuencia de la corrupción, de sus causas y efectos, de los esfuerzos para combatirla y de los resultados obtenidos.

El estudio no es alentador. El Índice de Percepción de la Corrupción (“IPC”) elaborado por la organización no gubernamental Transparencia Internacional, señala que México es percibido como el país más corrupto entre los miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (“OCDE”) con una calificación de 35 sobre 100, el mejor es Dinamarca con 92. Dentro de los países de América Latina es el tercero peor, tan sólo por encima de Argentina y Venezuela.

El propio IPC muestra que México ha avanzado únicamente 4 lugares desde 1995, teniendo sus peores momentos en 1997 con una calificación de 26 y en 2011 con 29. De mantenerse esta tendencia, todo lo demás constante, “a México le tomaría aproximadamente 40 años dejar el último lugar de entre los de la OCDE”.

Al interior de nuestro país la percepción sobre la corrupción también es negativa. En la “Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental 2014” elaborada por el INEGI, este problema fue señalado como el tercero más importante. Dato que también se obtuvo a partir de una encuesta del periódico Reforma del mismo año.

El estudio plasma además los costos de la corrupción. El Banco de México, el Banco Mundial y la revista Forbes estiman que este fenómeno cuesta un 9% del Producto Interno Bruto, mientras que el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado señala la pérdida sobre un 10%. Hablamos de más de 1.5 billones de pesos.

Otras consecuencias es que la corrupción es el primer factor que impide hacer negocios en un país, según el análisis “Transparencia, Objetividad y Competencia en las Contrataciones Públicas” elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

Los datos expuestos en “México: Anatomía de la Corrupción” son alarmantes, sobre todo porque también analiza la forma en la que la sociedad la percibe. 41% de los ciudadanos está dispuesto a violar la ley según la “Encuesta de Cultura Constitucional” elaborada por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y el 61% de las víctimas de delitos no lo denuncian.

Es claro que los esfuerzos no dan los resultados obtenidos. La solución debiera ser integral y ser alcanzada por un amplio consenso social. En los últimos años ha sido más grande la preocupación por renovar la imagen de las instituciones, pues esto supone una recuperación automática de la confianza en ellas. Sin embargo, ¿de qué sirve cambiar de Procuraduría a Fiscalía o de Unidad a Instituto, si las personas, las costumbres y las consecuencias siguen siendo las mismas?

Hace mucho conversaba con un agente del Ministerio Público del Distrito Federal, quien con mucha sapiencia me dijo “¿de qué sirve que me cambien las hojas y los anuncios de mi agencia, si el policía que ejecuta la orden de aprehensión es el mismo, si el que pide el ejercicio de la acción penal sigo siendo yo?

El combate a la corrupción debe tomar un giro de los grados que se quieran, pero definitivamente no puede seguir en la misma dirección. Consulta Mitofsky llegó a un resultado contundente: 51% de la población considera que los gobernantes y partidos deben combatir la corrupción y aplicar la ley por igual para recuperar la confianza de la sociedad.

¿Se dejará que los vientos de la opinión pública guíen o los golpes de timón sustentados en la mercadotecnia harán naufragar el barco?

Twitter: @adalberto_gm

email: adalbertoguevaramontemayor@gmail.com

Sucesiones partidistas

Los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional han iniciado sus procesos de renovación de dirigencias para enfrentar los próximos retos electorales, especialmente el del 2018 en donde se renovará el titular del Poder Ejecutivo Federal.

Por un lado, los azules decidirán entre el joven Ricardo Anaya y el aguerrido chihuahuense Javier Corral. En el tricolor, las cartas ocultas son muchas pero una corriente de opinión señala como “finalistas” al hasta hoy Jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, Aurelio Nuño, y al diputado federal Manlio Fabio Beltrones.

Acción Nacional se ha enfrascado en una lucha interna muy complicada. Los dos aspirantes se han dado con todo en los medios de comunicación tradicionales y en redes sociales. Independientemente de quien resulte ganador, este instituto político puede quedar dividido, empujando en direcciones contrarias y, por consiguiente, con ínfimas posibilidades reales de triunfo.

En el PRI las cosas parecen manejarse al estilo tradicional. En primer término, poca luz sobre los nombres de los contendientes verdaderos, en palabras de algunos líderes de opinión “el nombre del nuevo Presidente del PRI solo lo conoce Peña Nieto”. En segundo, múltiples espectadores buscando encontrar las respuestas en las señales dadas en los actos públicos: saludos, abrazos, guiños, palmadas y, especialmente, las palabras del Presidente de la República dirigidas a los militantes de este partido el pasado 25 de julio “es tiempo y oportunidad de que nuestro partido sea un espacio de participación para los jóvenes talentosos comprometidos con su país”.

Lo que no queda muy claro en ambos procesos sucesorios son los “¿qué?” y los “¿cómo?”, es decir, qué exactamente le están ofreciendo a sus militantes y a la ciudadanía en caso de transformarse en gobierno. ¿Cómo piensan recuperar los niveles de reducción de la pobreza y la pobreza extrema que publicó el Consejo Nacional de Evaluación? ¿Qué se piensa hacer para hacer efectivo el Estado de Derecho y la aplicación de sanciones? ¿Cómo se va a dar la vuelta la imagen dañada de la política nacional?

La retórica partidista indica que “no es el momento adecuado” pero si estas ideas no son discutidas seriamente, “ganar por ganar” puede ser perjudicial. La falta de fondo hace hueca la forma.

A OJO DE BUEN CUBERO

Recomiendo muchísimo la película “Woman In Gold” protagonizada por Helen Mirren y Ryan Reynolds. Muestra la historia de una austriaca emigrada a Estados Unidos que busca recuperar una valiosa pintura que pertenece a su familia y que había sido confiscada ilegalmente por los nazis durante la ocupación de Austria.

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