Cargada a favor de la reforma educativa

Nada más no entendió el que no quiso entender”, fue una frase llena de sabiduría que hace unas semanas me compartieron y que cobra especial relevancia en un momento de la historia de México sumamente complicado.

A lo largo de los últimos días hemos visto las marchas y manifestaciones que algunos miembros del sector magisterial han realizado en contra de la reforma educativa, cayendo en algunos casos en uso ilegítimo de la fuerza y en la comisión de hechos constitutivos de delito.

El Secretario de Educación Pública, Emilio Chuayfett Chemor, compareció el pasado 23 de junio ante el Senado para explicar la supuesta suspensión de la evaluación docente y de las acciones tomadas por el Gobierno Federal para contrarrestar los ataques de las organizaciones de maestros.

En su comparecencia, el ex Gobernador del Estado de México señaló que “el derecho de la educación como derecho social se garantiza materialmente a través de una actividad prestacional cuyo último responsable y garante es el Estado (…) la rectoría [del derecho a la educación] implica el gobierno y la toma de decisiones fundamentales sobre la forma del qué, el cómo y el cuándo de las prestaciones de un servicio público, de este modo rectoría estatal de la educación debe decirles la posibilidad de establecer normas tanto legislativas como administrativas que tengan vigencia efectiva en la realidad educativa”.

Posteriormente, el 25, 29 y 30 de junio el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió que las reformas a las leyes en materia educativa resultan ajustadas al marco constitucional de nuestro país.

Al día siguiente, el General Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, en la ceremonia del LV aniversario de la Escuela Militar de Ingenieros, emitió un discurso en el que dijo: “Esta reforma [la educativa] nos confirma que la educación es el elemento central para labrar el futuro y superación de una sociedad, principalmente en la construcción y desarrollo de un país como el nuestro, que se desenvuelve en un contexto democrático, transparente y en un entorno internacional cada vez más competitivo. Transformar y actualizar la educación nacional es tarea de todos; las fuerzas armadas nos sumamos a este cambio”.

¿Rectoría del Estado y capacidad para dictar el qué, cómo, cuándo y dónde en la educación? ¿Validez constitucional de la evaluación docente, elemento central de la reforma educativa, y otros temas relacionados? ¿Las fuerzas armadas sumadas al esfuerzo del Presidente por ejecutar dicha reforma?

Esta sucesión de eventos están lejos de ser producto de la casualidad. Son intervenciones puntuales para mantener con vida a la reforma educativa. Nada ni nadie, parece ser, está por encima de la voluntad del Estado materializada a través de la legislación, la decisión judicial y la intervención legítima del Ejército.

La ejecución de la reforma educativa va en serio, sólo no lo ha entendido quien no ha querido entender.

A OJO DE BUEN CUBERO

Aquí el link para leer la versión taquigráfica de la sesión de la Suprema Corte: http://bit.ly/1Hwe3WG ; El discurso del General Secretario: http://bit.ly/1tZE3jd y la comparecencia de Chuayffet: http://bit.ly/1IcT4H9

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